Las cadenas miofasciales nos ofrecen una fascinante ventana hacia la complejidad del cuerpo humano y su interconexión. Bajo la guía experta de Roberto Tejedor, nos adentramos en este intrincado sistema de tensiones y comunicación que influye en nuestra salud y bienestar.

Estas cadenas miofasciales son mucho más que simples estructuras musculares; son vías de comunicación entre las distintas partes del cuerpo, formando un sistema de tensiones reciprocas. Esto significa que cualquier alteración en una zona puede repercutir en otras, afectando nuestra postura, movimiento y bienestar general.

El sistema miofascial integra conexiones entre el sistema nervioso y otros sistemas corporales, como el musculoesquelético, visceral, linfático y sanguíneo. Todo ello está bañado por el líquido cefalorraquídeo, que mantiene el equilibrio corporal. Las cadenas musculares, compuestas por huesos, músculos, fascias y otros tejidos, están gobernadas por el Sistema Nervioso Central y determinan nuestro patrón de movimiento y postura.

Mantener un buen equilibrio en las cadenas miofasciales es fundamental para adaptarnos con facilidad a las circunstancias de la vida. Sin embargo, diversos factores como el miedo, el estrés, el sedentarismo y otros pueden alterar este equilibrio. Cuando se produce una disfunción en una parte del cuerpo, el organismo activa un mecanismo de adaptación que afecta a toda la cadena muscular, generando compensaciones y, a menudo, dolor en zonas alejadas del origen de la disfunción.

Esta alteración en las cadenas miofasciales puede afectar no solo a los músculos, sino también a los órganos, modificando su función y provocando cambios en el movimiento y la postura corporal. Por eso es crucial abordar cada caso de forma personalizada, entendiendo que cada persona presenta un esquema único de movimiento y postura.

En resumen, las cadenas miofasciales nos enseñan que el cuerpo humano sigue tres leyes fundamentales: equilibrio, economía y confort. Bajo la guía de expertos como Roberto Tejedor, podemos explorar y entender estos principios, trabajando para restaurar y mantener la armonía en nuestro cuerpo y mente.